miércoles, 7 de abril de 2010

Capítulo 16

Mamá y Aitana no se separaron de mí en toda la estancia en el hospital. Papá vino a visitarme un par de veces, estaba muy preocupado pero no se le daban bien los hospitales. Mi madre me contó que al enterarse de lo ocurrido casi la mata en el trayecto desde el pueblo. Tengo que agradecer a todos mis amigos que fueran tan discretos con el tema, prácticamente nadie más sabía que me había pasado, dijeron que había sufrido un ataque de ansiedad producido por el estrés de los últimos días y la falta de sueño por los nervios. Ahora me esperaba lo peor, por una parte quería volverme a casa y alejarme de esa psicóloga maniática que quería meterme en la cabeza que era anoréxica y por otra no quería volver a los enfrentamientos, gritos y todo eso que sabía que me aguardaba en casa como el anuncio de vuelve por navidad. Si, ya se que mis comparaciones son absurdas y que qué tendrá que ver la vuelta a casa por navidad del anuncio ese tan repetitivo de todos los años, con que en mi casa se estuviera viviendo el infierno en biblia y una loca despelucada -si parecía que llevaba una peluca mal peinada la señora esa- quisiera que creyera que estaba anoréxica diciéndome que tenía que asumirlo, en vez de pensar que había tenido un trastorno alimenticio producido por el estrés. Yo no me veía gorda, quizá tenía algún kilito de más pero no como para dejar de comer. Era sólo que últimamente no tenía hambre. En verdad llegue a pensar que el hambre se me había ido como se va un animal salvaje cuando te ve por el campo, espantado y asustado por miedo a que le hagan daño.
Llevaba cinco días con la psicóloga esa y ya me estaba volviendo loca de verdad, siempre supe que muy bien no he podido estar, la niña rarita tenía que haber salido de algún sitio, un trauma infantil o algo así, que en relación a como estaban las cosas en mi casa no me extrañaría y por nada del mundo dejaría que Gabri acabase como yo.
Esa era otra, hacía ya dos semanas que no veía a mi hermanito porque no le dejaban pasar a mi planta del hospital y mis padres le habían dicho que me iba de vacaciones con unas amigas. Tal y como yo me lo esperaba no se había creído ni una de las palabras de "Carol se ha ido de vacaciones con unas amigas por lo bien que le han salido los exámenes". Por dos razones, primero, le dijeron que me había ido con Sara y esta había llamado a casa y hablado con él -y como el niño inteligente que es, se lo había callado y dejado pensar a todo el mundo que seguía en la inopia- y segundo, sabía que papá antes muerto que dejarme ir con mis amigas de vacaciones con todo lo que le tenía que pasar a ordenador. En casa siempre estoy un poco como secretaria ayudando a mi padre con el papeleo de la empresa porque él de ordenadores no entiende demasiado. Así que cuando por fin me dejaban bajar a la parte baja del hospital a dar paseos por el jardín hice que me trajeran a Gabriel. Resultó ser mucho más inteligente que yo y con mucha más capacidad de imaginación. Había llegado a la conclusión que me había escapado en una gran aventura y que no querría saber nada más de mis padres, pero se había incluido a él y me reprochó que le hubiera prometido no dejarlo solo nunca.
Le explique mi versión de la historia (adaptada para su edad y sus sentimientos de cinco años) y terminó diciéndome que en parte eso era una aventura y que si iba a dejar de estar malita pronto, que ahora no tenía con quien jugar a la play después de comer -esa era su hora de aparatos tecnológicos tales como el ordenador, la consola y la televisión e intentaba hacerlo todo de una vez.

2 comentarios:

  1. Genial:) Poooorfin:DD Pero no te cuenta muchoo.. Yo quieroo MÁAAS! :PP

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  2. PERFECTO! SIGE ASI;)

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